Espíritu de Grecia 6
Hemos
podido tener mucha luz con respecto a este espíritu que hemos venido tratando,
hemos podido ver como se ha metido en todas las esferas de la sociedad
afectándola en gran manera, pero lo más complicado es ver como se ha
introducido en la iglesia del señor Jesucristo afectándola y quitándole el
poder, reduciéndola a una iglesia natural y sin poder, ahora vimos que este
espíritu puede o mejor iba a afectar todo el mundo verdad, según lo que leemos
en Daniel asi iba a hacer, entonces puede surgir la pregunta, si va a gobernar
a todo el mundo, como es que lo derrotamos.
Pues
bien, mi querido hermano este espíritu podrá gobernar todo el mundo, pero no la
iglesia de Jesucristo, si nos paramos de frente manifestando el poder del señor
este espíritu tendrá que retroceder y alejarse de la iglesia, de allí que se
necesita hombres y mujeres dispuestos a manifestar el poder sobrenatural de
Dios.
Entonces
miremos por la palabra como se vence a este espíritu y quienes son los que lo
pueden vencer.
Zacarias 9:11-16
Aquí
tenemos dos tribus que son la que Dios levanta para vencer a Grecia, la tribu
de Judá y la tribu de Efraín, la tribu de la adoración, de la alabanza, y a la
tribu de los fértiles, a los fructíferos, estas dos tribus están llamadas a
destruir a los hijos de Grecia, el señor despertara a los hijos de Sion, a sus
hijos para que destruyan a los hijos de Grecia.
Aquí
hay algo importante, sino puedes adorar a Dios es porque el espíritu de Grecia
te está afectando, influenciando para no exaltar al rey de gloria, fíjese que
la iglesia es quien tiene el poder para vencer este espíritu, pero debe moverse
en estas dos dimensiones del reino, uno la adoración, manifestar a la tribu de
león se debe rugir, adorar para vencer a este espíritu, pero hay más, sola esta
tribu no puede, se debe hacer en conjunto con otra tribu, la de Efraín, Efraín
significa fértil, fructífero, es decir que la unión de estas dos tribus es la
que va a vencer a los hijos de Grecia.
Recuerde
lo que dice la misma palabra por sus frutos los conoceréis, de aquí que muchos
no han podido vencer a este espíritu ya que poco adoran y poco fruto es el que
muestran en sus vidas. De allí la necesidad de NO ser oidores sino hacedores, de ser personas que entregan su vida
en adoración y esa adoración los lleva a dar fruto, el fruto del espíritu que
todos debemos manifestar.
Dios
va a usar a estas personas para destruir el espíritu de Grecia, los adoradores
y los que dan fruto, si en medio de la iglesia hay adoración que proviene del
Cielo e hijos llenos de fruto este espíritu no podrá entrar a la iglesia, se
mantendrá afuera.
Si
como iglesia dejamos de adorar, y dejamos de dar fruto, este espíritu tiene el
camino libre para introducirse y afectarla y llevarla lentamente al
adormecimiento, Pero cuando empiezan a perder
eso, empiezan los razonamientos, los pensamientos, los legalismos, las
estructuras, las reglas, las ordenanzas, para ir cubriendo ese hueco que ha
quedado tan grande. El hueco que antes llenaba la adoración y el fruto de la
vida en el Espíritu, a este punto creo yo que ya tienes más claro si este
espíritu está afectando tu vida, al reconocerlo podrás dar el siguiente paso
para soltarte de él, sino es asi seguirás viviendo una vida sin fruto y sin
poder.
Debemos obligar a nuestros pensamientos a obedecer lo que
Dios dice. Tú puedes elegir vivir tu fe, esclavizado por lo que entiendes, o
vivir tu fe sujeta al Espíritu de Dios. Basta
ya de iglesias y cristianos que se lo pasan hablando de cosas que nunca han
experimentado, Dios quiere hacernos verdaderos testigos de su gloria y poder.
Es necesario que, como iglesia, y como sus hijos entremos en
la dimensión de decir, lo que digo y lo que hago es porque lo veo de mi padre y
porque lo escucho de mi padre, Dios anhela tanto que podamos ser restaurados.
Dios anhela que nuestros ojos se puedan abrir a lo sobrenatural. Viene el día
en que los hijos, los verdaderos hijos, serán conocidos por sus hechos. Porque
ellos verán a Dios a cara descubierta. Y la gloria de Dios estará sobre sus
vidas.
el
espíritu de Grecia es el encargado de cauterizar nuestra mente. Cerrarnos al
Espíritu. De allí que muchos no aceptan las cosas del reino y lo profético,
simplemente es este espíritu obrando en las mentes de los creyentes.
Hoy
es el día para reconocer cuanto te ha afectado este espíritu en todo lo que
haces, cuanto tu mente dirige lo que haces, es necesario dar el salto para que
sea el Espíritu el que dirija nuestros pasos.
Miremos algo más Dios compara a Judá con un arco y a Efraín
con una flecha, es decir la adoración va a impulsar a los fructíferos contra
los de Grecia, pero aparece en escena otra arma la espada, los hijos de Sion
serán como espada de valiente, y allí aparecerá Dios sobre ellos enviando sus
dardos, pero fíjese que todo comenzó o fue propiciado por los de Judá y los de
Efraín.
Zacarias
10:4-9 piedra angular, recuerdan la piedra de Daniel.
Daniel
7:13-28 tomemos la victoria en el señor.
Señor
Jesús: necesitamos ser transformados. Vamos a renunciar, voluntariamente, a
este espíritu. Espíritu Santo, ayúdame Señor a salir de este cautiverio.
Espíritu Santo, ayúdame a ser libre de estructuras de pensamiento que no me
dejan ver a mi Padre.
Espíritu
Santo, ayúdame. Yo necesito ser libre, Señor. Padre, yo te quiero pedir perdón
en esta noche. Porque he aceptado que debo vivir según lo que pienso. Porque he
aceptado como verdadero lo que puedo entender, cuando esa no es tu voluntad.
Espíritu
Santo, en este momento te pido perdón por haberte hecho callar, tantas veces.
He contristado tu voz. Tú has sido enviado para guiarme, para conducirme a toda
verdad. Pero yo te he hecho callar. Te pido perdón por eso.
Jesús,
te pido perdón. Porque he confiado en lo que entiendo, más que en ti. Porque al
leer tu palabra, yo he buscado entender cosas que debería, primero, haber
creído. Te pido perdón, Señor, en el nombre de Jesús, por haber aceptado al
espíritu de Grecia en mi vida. Mente; a ti te hablo, en el nombre de Jesús. Te
pongo a los pies de Jesucristo.
Me gustaría que en este momento te pudieras ver a ti
mismo, a ti misma, como a alguien que tiene una caja en tu mano. Una caja que
representa todo tu intelecto. Es como si eso fuera tu tesoro. Ahí está tu
profesión, tu experiencia, tus años; todo lo que sabes y has aprendido.
Va a ser necesario que digas que has puesto todo eso
por basura, por causa de ganar a Cristo. Lo que para ti era ganancia, ahora lo
has puesto por basura. Lleva ahora esa caja imaginaria hasta el trono de Dios y
ponlo a sus pies.
Dile al padre que le estás entregando todo lo que hasta
hoy, era ganancia para ti. Tú inteligencia, tu sabiduría, tus pensamientos.
Dile que te quieres volver como un niño, para simplemente creer todo lo que Él
te diga de aquí en más.
El trono de Dios tiene muchos escalones que todos
podemos subir si nos proponemos hacerlo. Pero a ti hasta hoy se te ha hecho
imposible por causa de esa caja que era tu tesoro personal más preciado: tu
capacidad intelectual, tus conocimientos profesionales.
Aprende esto: todo eso que todavía hasta hoy era
ganancia para ti, es demasiado pesado para levantarlo y llevarlo hasta el trono
de Dios. Haz el esfuerzo, es mucho más pesado llevarlo todos los días de tu
vida y depender de él. Déjalo allí, a los pies de Dios.
Ahora haz de cuenta que vas a subir los escalones que
llevan al trono de Dios. Y será necesario que, en cada uno de ellos, a medida
que vayas subiéndolos, vayas declarando punto a punto lo que ahora voy a
decirte. Vamos a subir, acompáñame, repite conmigo:
Creo
que la Biblia es la palabra de Dios. Inspirada por Él. Soplada por su Espíritu
Santo. Y que lo único que necesito para encontrar lo que ella dice, es el
Espíritu Santo que habita en mí. Creo en un Dios sobrenatural, que creó todo lo
que existe.
Que
todo lo hizo hermoso, y lo hizo bueno. Creo en un Dios sobrenatural. Creo que
Jesucristo es el Señor, que nació de una virgen, en el tiempo perfecto. Que vivió
treinta y tres años y medio sin pecar. Que murió sin pecado, pero llevando el
pecado de todos nosotros.
Y
que al tercer día resucitó de entre los muertos. Creo en Jesucristo, que fue
levantado a lo alto de lo alto, y está sentado a la diestra del Padre
gobernando, esperando volver pronto. Creo en Su regreso, cuando Él venga por su
iglesia.
Creo
en Jesucristo, el único hijo de Dios; cien por ciento Dios. Cien por ciento
hombre. Perfecto en todo. Creo que la cruz es lo único que yo necesito para ser
salvo. Soy salvo por gracia, por medio de la fe, no por obras. Porque no hay
nada que tú puedas hacer para ser salvo, porque has sido salvo por gracia.
Creo
en el poder de la sangre, como el único instrumento que mi Padre ha dado, para
vencer toda oscuridad. Creo que la sangre de Cristo está en mí, y sobre mí, y
conmigo. Que me da victoria, y hace que la muerte no me pueda tocar.
Con cada una de estas declaraciones, si las dices en
voz alta pero creyéndolas, tú estás siendo liberado de falsos espíritus
engañadores, principalmente el que hoy salimos a buscar, encontrar, combatir y
derrotar: el espíritu de Grecia.
Creo
en la revelación del Espíritu Santo. Creo en el Espíritu Santo, como el único
mensajero de mi Padre. Saco de ese lugar a Hermes. Declaro que él es mentiroso,
y acepto que el Espíritu Santo es el único que me puede llevar a entender la
profundidad de Dios.
Acepto
que el Espíritu Santo me guía, me conduce y me revela lo escondido de Dios.
Porque para eso vino. Espíritu Santo: habla conmigo, escribe en mi mente,
quiero escuchar tu voz. Estoy aquí para oírte, quiero aprender de ti.
Condúceme,
guíame. Aquí está mi vida, llévame al Padre, hazme saber los tesoros escondidos
que mi Padre tiene guardados. Hazme conocer mis caminos. Crea entendimiento a
mi vida, revélame. Revela mis iniquidades, revela mis errores, revela mis
pecados escondidos, líbrame.
Líbrame
de toda ignorancia. Espíritu Santo, confío en ti como mi Maestro, como mi guía,
como mí mentor. Eres tú el que me guía, y te acepto a ti como la voz de Dios. Y
te prometo escucharte, obedecerte, atenderte quietamente.
Declaro
que soy un Espíritu con mi Padre, creado a Su imagen, a Su semejanza, y llamado
por mi Padre para gobernar. Declaro que soy un Espíritu con Él, que puedo
mirarlo a cara descubierta, que mis oídos están diseñados para escuchar su voz.
Que
mis ojos están diseñados para verlo. Creo, sé y confieso que soy un Espíritu
con mi Padre. Creo en la sanidad divina, creo en el poder de la sangre para
sanar mi cuerpo. Cuerpo, a ti te digo: no dependes de las drogas ni de las
medicinas; Jehová es tu sanador.
Cuerpo,
a ti te digo: te pongo en lugares altos, te establezco en lugares celestiales,
te pongo en lugares de sanidad, conforme al deseo de mi Padre. Tengo acceso al
mundo espiritual, porque soy espíritu. El reino de las tinieblas se abre a mis
ojos, y también el reino celestial.
Yo
declaro que puedo percibir, intuir, el mundo espiritual que me rodea. Tengo
percepción de los ángeles y los demonios. Declaro que estoy capacitado para
moverme en el mundo espiritual, porque he sido diseñado a la imagen de mi
Padre.
Tengo
acceso a las bóvedas celestiales, a los lugares del segundo y tercer cielo,
porque soy un ser espiritual. Espíritu, a ti te digo; espíritu mío: funciona en
el orden de Dios. Fluye, muévete en lo espiritual. Te activo ahora, hablo a mi
capacidad de intuición en mi espíritu. Te activas ahora. Espíritu despierta.
Soplo sobre ti aliento de vida.
Creí, por lo tanto hablé, dice la palabra. Lo que tú
estás haciendo es declarar cosas en el mundo espiritual, que van a afectar el
mundo natural. Y falta algo más, todavía. Sigue:
Soy
fértil, porque la vida de Dios está en mí. Soy fértil, soy buena tierra. Y toda
semilla de palabra que cae en mí, da fruto. He sido creado, para adorarte. Y
declaro y establezco, que soy y seré una fuente de adoración. Que debo vivir
para adorarte. Alma mía, alaba a Jehová.
Recuerda que es Judá quien vence a los hijos de Grecia.
Así sea hecho ahora en la vida de todos los que me acompañaron en esta
declaración. Sea decretado, activado y cumplido en el santo nombre de
Jesucristo de Nazaret. Amén, amén y amén.
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